Las células madre adultas previenen arritmias cardiacas..

Esta vez la terapia celular no regenera, ni siquiera intenta reparar el músculo del corazón dañado tras un infarto. Pero le protege de la taquicardia ventricular, la principal causa de muerte repentina tras un ataque cardiaco. Científicos alemanes publican en la revista «Nature» un experimento donde demuestran que podrían prevenirse esas arritmias fatales con un implante de las poderosas células madre. Al menos, en ratones.FUENTE ABC Periódico Electrónico S.A.07/12/2007
El equipo de la Universidad de Bonn demuestra que la estrategia es eficaz, tanto con células madre obtenidas de embriones (cardiomiocitos embrionarios), como de tejido muscular, una fuente que no plantea recelos éticos. Las células adultas se modifican genéticamente tras aislarlas del tejido muscular para que sean más eficaces y devuelvan la estabilidad eléctrica al corazón. Cuando se produce un infarto, parte del tejido cardiaco se muere y deja una cicatriz que favorece la aparición de taquicardias ventriculares, la principal causa de muerte repentina tras un ataque al corazón. No hay ningún tratamiento eficaz que evite que el corazón se dispare y comience a latir de forma desorganizada hasta causar una «muerte súbita». Sólo los desfibriladores -dispositivos implantables- son eficaces, aunque se limitan a tratar la arritmia cuando aparece, no a prevenirla.ESTABILIDAD ELÉCTRICALa Universidad de Bonn devuelve la estabilidad eléctrica perdida con una estrategia que no necesita embriones humanos. El grupo de Michael Kotlikoff y Bernd Fleischmann utilizó mioblastos, precursores de las células madre esqueléticas. Tras extraer y aislar los mioblastos con una biopsia del músculo, los modificaron genéticamente para que expresaran una proteína (conexina 43), clave en las arritmias.Esta proteína consigue recuperar la comunicación entre las células musculares, la conexión que el infarto interrumpe. El corazón de los grandes infartados se queda con células y parches de tejido mal conectados. Al inyectar las células que favorecen la liberación de conexina 43, los investigadores lograron, de alguna manera, «rellenar» esos espacios para que pudieran contraerse y expandirse con regularidad. Así protegieron el corazón de la taquicardia ventricular.Resultados similares obtuvieron al utilizar cardiomiocitos embrionarios, Con lo que las células adultas modificadas genéticamente evitarían el uso de embriones humanos, en el caso de que esta nueva estrategia se probara en pacientes reales. En experimentos anteriores, se había intentado prevenir la taquicardia ventricular con células madre adultas sin alterar genéticamente. Las investigaciones fracasaron.Los experimentos, publicados en «Nature», abren un camino esperanzador que algún día podría hacer innecesarios los desfibriladores implantables. De momento, sólo se ha dado el primer paso. Es una idea brillante que debe demostrar si es reproducible en corazones humanos, con un ritmo de latido muy diferente al de los ratones.
Autor: N. Ramírez de Castro
Vínculo