
Desde su invento a principios del siglo XX, el ECG ha sido el útil más importante del cardiólogo. Resulta imprescindible en el diagnóstico de las arritmias cardíacas, y puede dar información sobre la presencia de enfermedad coronaria antigua o reciente, y de otros problemas del corazón.
Existe también una versión portátil de ECG en uso desde 1961, el registro Holter, mediante el cual se puede registrar el ECG de uno durante las 24 horas del día, lo que a veces interesa mucho en determinadas arritmias.El paciente lleva los electrodos pegados al cuerpo y conectados con una cajita que incluye un dispositivo de grabación. Al cabo de uno o dos días, el médico ve qué sucede en el corazón no en un momento concreto, sino a lo largo de 24 ó 48 horas, estudiando la grabación efectuada.
Desafortunadamente, en muchos casos no ocurre nada mientras uno lleva el Holter pegado. En estos casos, puede emplearse un monitor transtelefónico, mediante el cual se puede enviar un ECG por teléfono cuando determinados síntomas (palpitaciones, etc) estén ocurriendo. Esto aumenta las oportunidades de hacer un diagnóstico correcto de las distintas arritmias.